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OBJETIVOS: . Promover el estudio, la difusión y la práctica de la Doctrina Espírita, prestando atención fraterna a las personas, .que buscan esclarecimiento, orientación y amparo para sus problemas espirituales, morales y materiales; .y que quieran conocer y estudiar la Doctrina Espírita en sus aspectos científicos, filosóficos, sociales, morales, espirituales y religiosos.

martes, 19 de junio de 2012


Conferencia:
“EVOLUCION CONSCIENTE


Hace 155 años que se instalo en el mundo la nueva era, la era del Espíritu Inmortal.
Los Espíritus del Señor, que son las virtudes de los cielos, como un ejército inmenso se esparcen por toda la tierra al decir del Espíritu de Verdad en el Prefacio del Evangelio según en el Espíritismo, vienen imprimiendo un soplo renovador en el alma de los pueblos.
Ya no es más la materia influyendo en los destinos del hombre, ya no es el materialismo doblegando las aspiraciones nobles y los logros espirituales.
La humanidad se está preparando para recibir el consolador que prometió Jesús. Bienvenidos pues a la era del Espíritu.


 INTRODUCCIÓN

NACER, MORIR, RENACER UNA
VEZ MAS Y PROGRESAR
INCESANTEMENTE; TAL ES LA LEY.
Allan Kardec

Nacemos en la carne pero también nacemos para las realidades del Espíritu a través del dolor.
Morimos; cada vez que nos dejamos vencer por las pasiones inferiores y los errores que ellas acarran.
Renacemos una vez más para adquirir una nueva experiencia, y renacemos todos los días cuando a través del conocimiento de nosotros mismos logramos cambiar el hombre viejo por aquel que nos habla. El Apóstol Pablo.
  Dios es la causa, el Espíritu es el efecto.                                                                                                   Dios es el creador, el Espíritu es su criatura.
Siendo el Espíritu creado por Dios, simple e ignorante está sujeto a sus leyes que les impulsaran a desarrollar las potencialidades intrínsecas en  él, esas leyes muestran al espíritu, emergiendo escalón por escalón del seno del abismo de la vida para convertirse en espíritu superior.
¿Qué es la Evolución?
Un mecanismo… Un instrumento
Mecanismo que produce en su ejercicio, permanente movimiento, el movimiento  produce cambios, el cambio, genera desarrollo, el desarrollo  muestra crecimiento, este indica adelanto y el adelanto es progreso, progreso incesante.
Instrumento de la ley natural, por medio de la cual se le proporciona a todos los seres y a las cosas en general, pasar del estado general primario a un estado superior.
Por lo tanto todo evoluciona, el mineral, el vegetal, el animal, evoluciona la materia pero también el Espíritu. Se desarrollan las ideas por la evolución del pensamiento se transforma la sociedad en virtud de la evolución del individuo.
Todo se mueve generando progreso incesante, todo cambia menos la ley que es inmutable y eterna como lo es Dios.
 Este mecanismo, expresión de la sabiduría divina nos ha permitida transitar por los diferentes estadios y vivir las múltiples experiencias que han determinado y moldeado nuestra personalidad de hoy. Entonces podríamos afirmar con todo esto que el objetivo de la vida en la tierra es la evolución y el objetivo de la evolución es la libertad.
Jesús nos dice: Y CONOCEREIS LA VERDAD Y LA VERDAD OS HARA LIBRES.

¿Libres de qué?  

Libres del error, de la mentira, del engaño, de los conceptos dogmaticos, libres de la hipocresía de los perjuicios de la explotación de la ignorancia, ya que desde el momento que llegamos a conocer conceptos más amplios de la VERDAD UNA, nuevos horizontes se abren ante nosotros, que nos permiten ir acercándose cada vez más al sumun de la verdad, que es el todo Cósmico – Dios.
Se llega a ser libre cuando dirigimos nuestra vida conscientemente, cuando dominamos los impulsos y las pasiones, cuando escuchamos la voz de la silenciosa conciencia; cuando nos sobreponemos al “que dirán”,  a los convencionalismo sociales y desafiamos todo prejuicio. ¿Porque de que nos habra valido venir a esta vida, si no logramos superarnos espiritualmente?
Desde el punto de vista de la evolución y el progreso del ser humano, el tradicionalismo en las ideas es parálisis, es un anquilosamiento que priva a la mente, al hombre como ser pensante, de uno de sus mejores ejercicios, el análisis. Y los dogmas limitan la libertad de escoger aquella que está más en consonancia con su grado de evolución. Impidiendo con ello el avance, el progreso que es la ley Divina implícita en la ley de la evolución, que nos enseña que todo el universo avanza hacia estados más perfectos.
Observamos fácilmente que la mayoría de los seres humanos, están transitando todavía el camino de la evolución inconsciente.
Transitan por la vida sin saber muy bien cuál es su destino, intuyendo que el bien es mejor que la práctica del mal, pero sin tener muy claro…

·        CUAL ES EL SENTIDO DE LA VIDA
·        SIN SABER PORQUE Y PARA QUE ESTAN VIVIENDO
·        SIN CUESTIONARSE SI ESTO QUE LLAMAMOS VIDA REALMENTE LO ES
 ·Y LO QUE ES MAS IMPORTANTE,  SIN SOSPECHAR QUE SOMOS PARTE DE UN PLAN UNIVERSAL DE EVOLUCIÓN.
El hombre inconsciente  es como un niño, no entiende el valor de sus actos, no comprende la trascendencia de lo que hace, no se da cuenta muy bien hacia dónde va.
Y es nuestro deber comprenderlo, porque es como ir por un camino ciego y sin ayuda.
Fácilmente comprendemos que si no vemos por donde vamos, iremos a los tropezones, chocando una y otra vez.
Pero el progreso se opera de todas maneras, solo que lo hace al impulso de las leyes y el hombre inconsciente  transita su camino entre la prueba, el error y el dolor como su consecuencia.
A través del análisis de la realidad se puede pensar que hay dos posibles caminos para vencer a este flagelo. El desarrollo de la evolución consiente o el aprendizaje  a través de dolor. 
Cuando no se tiene voluntad para superar sus estados negativos, solo a través del dolor doblega el hombre el orgullo, solo a través de él comprende sus limitaciones, por que el dolor lo lleva a un estado de reflexión interior.
Y solo en la reflexión profunda alcanza un mayor grado de comprensión.
¿No hemos agradecido muchas veces a situaciones de dolor que nos permitieron comprender mejor alguna situación?

COMPRENDER EL DOLOR ES COMPRENDER LA JUSTICIA DE DIOS

No como castigo, si no como una oportunidad de llegar a sensibilizarnos para poder comprender mejor las cosas.
Pero la única solución no es el dolor, la mejor solución está en la lucha consiente por la superación de los errores.
Hay muchos seres que han comprendido el sentido de la vida a través de muchas experiencias vividas de distinta forma.
Que han despertado de un largo letargo de ignorancia y entrando en un principio de comprensión que podríamos llamar;” evolución consiente.”

¿Y QUE ES LA EVOLUCION CONCIENTE?

En principio es asumir nuestra propia individualidad, saber que cada uno de nosotros está en un programa de evolución universal, que se cumple en un largo aprendizaje por distintas experiencias de vida y a través de múltiples encarnaciones.
Que evolucionamos juntos todos los seres de la creación,  pero que cada uno es responsable de su propia evolución.
Ser consiente es observarnos en el momento actual de nuestras vidas y vernos tal cual somos, con nuestros defectos y nuestras virtudes, sin culparnos por lo que no podemos hacer bien, pero con las intenciones siempre hacia el bien que comprendemos.
Es consiente el ser cuando se observa  a si mismo situado en el gran todo que es la creación y se da cuenta que el cúmulo de sus experiencias conforman una síntesis en su personalidad y que de él depende su felicidad.
Y es entonces cuando comprende donde está y por qué, que puede comenzar el camino del conocimiento de su personalidad, el conocimiento de sí mismo, porque se da cuenta que no puede ni debe luchar a ciegas, y que, para avanzar debe conocer a ese ser que quiere mejorar.
En su libro “Del Inconsciente al Consiente”  el Dr. Gustavo Gelley dice que nuestro cuerpo y nuestra  mente no son exactamente nuestro yo, sino la representación de él, ya que ese yo es superior y muchísimo más capaz que su representante en este plano: la Mente y el Cuerpo.
El camino de búsqueda hacia ese yo superior debe tener un comienzo y ese complejo personaje que tenemos frente al espejo en la representación del yo.
Pues comencemos analizando al autor por su obra, conocernos observando nuestras propias reacciones será un comienzo.
Dijo un Espíritu: “Saberse inmortal en el sentido de constante evolución con responsabilidad de sus acciones en todo orden y con conocimiento  de la Reencarnación, significa un proceso de evolución ascendente que habilita al ser un mayor crecimiento de sus responsabilidades ante los deberes de la vida”.

¿QUE GRADO DE RESPONSABILIDAD NOS RECONOCEMOS?

Por qué tener la seguridad de la inmortalidad del espíritu nos da la luz para el camino.
Pero conocer la existencia de la ley de causalidad, nos da las herramientas para avanzar en ese camino.
Todo efecto tiene una causa, la búsqueda de esa causa es la educación para la evolución consiente.
Somos la consecuencia de lo que actuamos y nuestro futuro depende de nuestro accionar de hoy.
Algo más fácil de comprender que de llevar a la práctica, pero ciertamente posible.
Y ante cada estado que conquistamos un nuevo panorama se abre ante nosotros, más amplio y cada vez, más optimista, más alentador.
Hasta aquí tenemos la etapa de adquisición del estado de conciencia producto de la comprensión del proceso evolutivo del espíritu y de la necesidad de integrar a nuestra vida este sistema de dinámica permanente.

 La Filosofía Espirita nos da las bases para una vida consiente como tal nos hace saber que somos parte de una cadena de solidaridad universal, en la que recibimos de otros seres, encarnados y desencarnados, conocimiento e información para nuestro progreso individual.
Pero a la vez nos enseña que  el conocimiento debe circular y que es nuestro deber ofrecerlo a todos los seres que por afinidad o inquietud personal estén cerca de nosotros.
Como dice León Denis:” La obra magnífica del Espiritismo consistirá en acercar a los seres humanos, las naciones y las razas, formar los corazones y desarrollar las conciencias. Mas para esto son necesarios el trabajo, la perseverancia, la consagración y el autosacrificio”.
¿Cuál es el medio ideal para comenzar? Seguramente hay fuertes lazos del pasado que nos unen a los seres que nos rodean y en especial los que constituyen nuestra familia.
Y este es un medio que nos enseñara a compartir y evolucionar en un grupo a fin con nuestras características, pudiendo luego proyectarnos a la sociedad.
El ser humano es evidentemente social, necesita de los demás, pero además necesita brindarse, demostrar, porque su fin es la conquista del amor.
Y solo con la práctica se conquistan las virtudes. Por lo tanto, la familia es también el medio ideal para la evolución consiente. 
Es así que nuestra esposa o esposo, que es quien se compromete a compartir nuestra vida, seguramente tendrá mucho para enseñarnos y algunas cosas que aprender de nosotros.
Un ser que, seguramente nos brindara medios para evolucionar, a veces por sus características positivas a veces por sus tendencias erróneas.
Que pondrá a prueba nuestra tolerancia y capacidad de comprensión y amor.
Lo mismo sucede con nuestros hijos, que encarnan en nuestros hogares con objetivos precisos de evolución, objetivos que nos involucran.
Y a los que nos unen lazos de amor muy fuertes, los lazos de la naturaleza y a quienes amamos desde el primer momento como una continuación de nosotros mismos.
Todos los seres que nos rodean tienen una personalidad aquilatada en larga trayectoria evolutiva y seguramente nos brindarán muchas satisfacciones y también nos traerán luchas.


 "EL CONOCIMIENTO ESPIRITA NO HACE MÁS QUE CAPACITARNOS PARA NUESTRA PROPIA SUPERACIÓN, PARA UNA TOMA DE CONCIENCIA MAS INMEDIATA DE NUESTRO YO Y DE TODO EL CONJUNTO DE NUESTRA PERSONALIDAD ESPIRITUAL''

"Es su libre albedrío el que decide su progreso"
¿Que nos dicen los Espíritus en la Codificación? Que el conocimiento en si no es la solución del problema de la evolución consiente si no que es su comienzo. Lo que decide el avance es nuestra voluntad de superarnos.
Si fuera suficiente llegar al conocimiento a través de la vía intelectual no le sería necesario al ser la encarnación en el plano material.
Necesitamos la vivencia en la materia, la experiencia sufrida en carne propia, poner a prueba nuestra voluntad en la adversidad, probar nuestros propósitos de bien en la abundancia.
Solo en la lucha se templa el espíritu, así como solo en el fuego se templa el acero.
Solo siendo madre se puede comprender lo que significa dar vida y el amor que se puede llegar a sentir por un ser.
No alcanza con decir: se amar, hace falta amar aun a quien no nos ama.
Muchos seres hay con mucho conocimiento pero con falta de práctica en la virtud. Por eso no sirve la sola comprensión intelectual, hace falta la vivencia demostrativa, el compromiso con uno mismo y con los demás.
Dios en su infinita sabiduría, nos plantea este sistema de evolución, para que el mérito del progreso esté en cada uno.
Y solo a través de la experiencia conquistemos, de a poco y con nuestro esfuerzo, el estado de conciencia que nos permite ir asimilando los cambios e incorporarlos a nuestra personalidad.
Y desde el momento en que incorporamos los nuevos estados conquistados, comprendemos porqué los Espíritus le respondieron a Kardec que el progreso no retrocede.
Porque si realmente hemos comprendido un error, no lo repetiremos y ese mismo acto nos permite avanzar.

La vanidad, la soberbia, la avaricia, la violencia y tantos otros, que no son más que la cara externa de una característica del espíritu humano que todavía no pudimos derrotar.
El egoísmo, este es en realidad el verdadero lastre que arrastra el ser humano.
Y les invito a meditar con profundidad este concepto, porque seguramente les hará llegar a la conclusión de que la mayoría de problemas entre los hombres no existiría si pudiéramos disminuir nuestro egoísmo.
No nos engañemos, la autoestima es necesaria para la vida, necesitamos amarnos, pero tanto como somos capaces de amar a los demás.
Si pensáramos menos en nuestras apetencias y más en las necesidades de los demás, si no nos ofendiéramos tanto, si no nos importasen tanto nuestras comodidades y gustos, si nuestra vanidad fuera menor, mucho menos serían los problemas, porque nos conformaríamos con mucho menos.
Pero antes de llegar al egoísmo el hombre deberá enfrentarse con su escudero o para hablar en términos actuales, con su guardaespaldas, el orgullo.
El orgullo que se esconde tras múltiples facetas de nuestra personalidad, en unos se disfraza de vanidad, en otros de soberbia, en algunos de timidez, en otros desvalorizando a nuestros semejantes.
Pero en todos los casos el orgullo evita que podamos profundizar en nuestra personalidad imperfecta, que es la clave para llegar a conocernos y trabajar para nuestra propia evolución.
Mientras el ser humano no comprende y está en esa etapa de inconsciencia, por orgullo le echa la culpa de todo lo que le pasa a los demás y vive agrediendo y siendo agredido por el medio que lo rodea.
Y le escuchamos decir que los equivocados son los demás, porque su orgullo le impide asumir sus propios errores.
Los seres que encarnamos en este planeta estamos lejos de estar despojados del orgullo y salvo raras excepciones que nos han mostrado el camino de la humildad, como Jesús, Gandhi, la Madre Teresa de Calcuta o Chico Xavier, en mayor o menor medida todos estamos luchando contra esta faceta del ser humano.
Detrás del orgullo está el egoísmo, el verdadero enemigo a vencer.


CONCLUSIÓN
El hombre alcanza un nivel 
elevado de evolución cuando
consigue unir el sentimiento y
el conocimiento y los utiliza
sabiduría.

Joana de Angelis
CARACTERES DEL HOMBRE DE BIEN                                                                                                                   O CARACTERISTICAS DEL SER  CONCIENTE

Pregunta 9'18 - ¿Por qué señales se puede reconocer en un hombre el progreso real que debe elevar su Espíritu en la jerarquía Espírita?
El Espíritu prueba su elevación cuando todos los actos de su vida corporal son la práctica de la ley de Dios, y cuando comprende por anticipado la vida espiritual.
El verdadero hombre de bien es el que practica la ley de justifica, de amor y de caridad en su mayor pureza, si interroga su conciencia sobre los actos realizados, si pregunta si no ha violado esa ley, si no lo ha hecho mal, si ha hecho todo el bien que ha podido, si nadie ha tenido que quejarse de él y en fin, si ha hecho a otro lo que hubiera querido que se hiciera por él.
El hombre lleno de sentimiento, caridad y de amor al prójimo hace el bien por el bien, sin esperar recompensas y sacrifica sus intereses a la justicia.
Es bueno, humano y benévolo con todos, porque en todos los hombres ve hermanos, sin excepción de razas y creencias. Si Dios le ha dado poder y riqueza, ve en esas cosas un depósito, que debe emplear para el bien y no se envanece por ello, porque sabe que Dios, que se lo ha dado, puede quitárselo.
Si el orden social ha puesto hombres bajo su dependencia, los trata con bondad y benevolencia, porque son sus iguales ante Dios. Usa su autoridad para elevar su moral y no para abrumarlos con su orgullo.

Es indulgente con las debilidades ajenas, porque sabe que él mismo, tiene necesidad de indulgencias y recuerda estas palabras de Cristo: Quien esté libre de pecado que lance la primera piedra".
No es vengativo: a ejemplo de Jesús, perdona las ofensas para no recordar más que los favores, porque sabe que se le perdonará como el haya perdonado.
Respeta en sus semejantes todos los derechos que le dan las leyes de la naturaleza, como le gustaría que respetasen los suyos.
                                   
 “El  Evangelio según el Espiritismo”
Donde esté el Espírita ha de hacer que todo brille, perfeccione, mejore, engrandezca y progrese.
Albino Teixeira
DIOS LES SIGA BENDICIENDO
   

viernes, 1 de junio de 2012


Conferencia
La Propuesta de Jesús para alcanzar  la Felicidad
            J. Gabriel Baquero A.
Introducción


Cuando Gandhi nació en 1869 los ingleses mantenían su parasitismo sobre el pueblo Indiano en detrimento de su economía.

Ya adulto en Inglaterra con el propósito de estudiar derecho entro en contacto con el Evangelio de Jesús emocionándose  y enamorándose  de él comentándole a un amigo lo siguiente: “Si toda la literatura de la tierra  pereciere y solo quedara el Sermón  de la montaña nada estaría perdido. Y en otra oportunidad Dijo; yo amo a Jesucristo pero temo a los Cristianos, ellos tienen la Biblia con más de cuatrocientas páginas y odian a sus hermanos, se maltratan, se matan entre sí, se destruyen aun teniendo entre sus manos este código de Amor.
     
El hombre sigue enfermo, pero ayer como hoy la propuesta es la misma; “No hagas a otros lo que no quieres para ti” Si buscas la Felicidad ama, si quieres la paz sirve, el que se ensalce será humillado y el que se humilla será ensalzado y entonces el maestro por excelencia… Jesús de Nazareth coloca la humildad y la caridad como condición absoluta para la felicidad.

Los discípulos de Jesús y particularmente los que aspiramos pertenecer a la falange del Espíritu de Verdad bajo las luces esclarecedoras de la Doctrina Espírita tenemos que tener una visión del mundo opuesta al materialismo. La verdad que apenas comenzamos a vislumbrar nos dice que somos seres espirituales viviendo una experiencia material. Que fuimos creados por Dios nuestro padre Amoroso para ser felices.

Que esa felicidad la alcanzaremos logrando el desarrollo de nuestra Espiritualidad y cultivando los dones intelectuales y morales del Espíritu. El primero de los dones y el que nos da acceso a todos los demás es la Humildad.
Tengamos por tanto en el corazón y en la mente los tres principios morales indicados por Jesús:

1.AMAR A DIOS: Amar las leyes materiales, morales y espirituales de la vida que están contenidas en el universo infinito, en los mundos, en la naturaleza, en las cosas, en los seres, en las infinitas esferas espirituales. 

2.AMAR  AL PRÓJIMO: Amar a los semejantes con los cuales nos relacionamos en la familia y en la sociedad, con comprensión, ejemplificación, trabajo, caridad material y moral.

    3. AMARSE A SI MISMO: Cuidar con cariño,  paciencia y determinación en el perfeccionamiento de nosotros como espíritus inmortales que somos. Interesarnos en estudiar, comprender, asimilar y practicar los principios morales y espirituales de las normas contenidas en el Evangelio de Cristo, sin Jesús en la mente y en el corazón, no habrá educación de nuestras almas, ni la adquisición de la luz íntima para la caminata evolutiva.

¡El corazón- sede de la ultrasensibilidad del alma- necesita vibrar y sintonizarse plenamente con las leyes de Dios y los códigos del Evangelio del Señor Jesús, a fin de que se enriquezca con las luces de la verdad y del amor!
Kardec cita a Jesús haciendo un desglose de sus enseñanzas:
Bienaventurados los pobres de espíritu, es decir los humildes, porque de ellos es el reino de los cielos…
Bienaventurados los que tienen el corazón puro…
Bienaventurados los afligidos…
Bienaventurados los mansos y pacíficos…
Bienaventurados los que son misericordiosos, porque alcanzarán misericordia…
Amad a vuestro prójimo como a vosotros mismos…
Haced a los otros lo que quisierais que hiciesen con vosotros…
Amad a vuestros enemigos…
Perdonad las ofensas si quisiereis ser perdonados…
Haced el bien sin ostentación…
Juzgaos vosotros mismos antes de juzgar a los otros…

A pesar de este ejemplo y de estas palabras que llevan más de dos mil años de haber sido proferidas, encontramos que los prejuicios, la falta de indulgencia, la intolerancia y lo que es más importante, la falta de amor y la ausencia de la capacidad de perdonar, aun dominan nuestros corazones. Es que sin humildad, que es la llave, no se puede abrir el cofre que guarda los tesoros del Evangelio de Jesús.

“Y Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”.
Si la verdad libera y ella está en Jesús ¿Cómo hablar de libertad sin hablar con él? ¿Cómo ser libre sin estar con él? ¿Y cómo hablar o estar con Jesús a no ser por los lazos de la oración y del trabajo, del cumplimiento de nuestros deberes, especialmente el compromiso de reformarnos convirtiéndonos en sus instrumentos activos?

“Amaos los unos a los otros como yo os he amado”.
Siendo el Espiritismo, el consolador prometido por el Cristo, debe guardar una similitud muy grande con él. Ahora bien, siendo la tarea del Maestro la de la educación de los hombres, para que surja una generación de hombres de bien, la tarea de la Doctrina Espírita es la  de educar a las almas y la principal tarea de los Centros Espíritas es la de enseñar Espiritismo.

Amemos como nos enseñó Jesús y comprenderemos nuestro destino.
Sirvamos como lo hizo El y cumpliremos nuestra misión.
“Si me amáis guardad mis mandamientos”.
Jesús nos dejó este gran desafío para todos nosotros: APRENDER A AMARNOS A NOSOTROS MISMOS.
¿Qué será, verdaderamente amarnos a nosotros mismos?
Este interrogante sugiere otra  pregunta:
¿Quién soy yo? NECESITO SABER QUE SOY, QUIEN SOY, DE DONDE VENGO Y PARA DONDE VOY, A FIN DE CUIDAR DE MI MISMO!


La filosofía Espírita enseña que la criatura humana es un Espíritu inmortal, poseyendo su individualidad, personalidad propia, cargando un enorme bagaje de buenas o malas cualidades morales, acusando determinado grado evolutivo espiritual como resultado de milenios de experiencias reencarnatorias.

 A MODO DE CONCLUSION
Jesús  y el mundo:
"Si Jesús no tuviese confianza en la regeneración de los hombre y en el perfeccionamiento del mundo, no habría venido al encuentro de los hombres y no habría caminado por los oscuros caminos de la Tierra.

No podemos, por eso, perder la esperanza y no nos cabe el desánimo, delante las pequeñas y benditas luchas que el Cielo nos concedió, entre las sombras de las humanas experiencias.
Espíritus sublimes, salieron diplomados en santificación en la escuela del mundo, constituidos hoy en patrones benditos de la evolución terrestre.

No nos compete menospreciar el plano de aprendizaje que nos alimenta y nos abriga, que nos instruye y nos perfecciona.
Si el mejor no auxilia al peor, en balde aguardaremos la mejoría de la vida. Si el bueno desampara al malo, la fraternidad no pasaría de mera ilusión.            Si el sabio no ayuda al ignorante, la educación redundaría en mentira peligrosa. Si el humilde huye del orgulloso, surgiría el amor como vocablo inútil.

Si la virtud no socorre a las víctimas del vicio  y si el bien no se dispone a salvar a cuantos se arrojan a los despeñaderos del mal,  de nada serviría la predicación evangélica en el campo del trabajo que la Providencia Divina nos confió.

El Maestro no era del mundo, pero vino hasta nosotros para la redención del mundo. Sabía que sus discípulos no pertenecían al acerbo moral de la tierra, pero nos envió a convivir con los hombres para que los hombres se transformasen en servidores devotos del bien, convirtiendo el planeta en su reino de luz.
El cristiano que huye al contacto con el mundo, con el pretexto de resguardarse contra el “pecado”, es una flor parasitaria e improductiva en el árbol del Evangelio, y el Señor, lejos de solicitar ornamentos para su obra, espera trabajadores abnegados y fieles que se dispongan a remover el suelo con paciencia, buena voluntad y coraje, a fin de que la Tierra se habilite para la sementera renovadora del gran Mañana".

Espíritu: Emmanuel

Psicografía: Francisco C. Xavier