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OBJETIVOS: . Promover el estudio, la difusión y la práctica de la Doctrina Espírita, prestando atención fraterna a las personas, .que buscan esclarecimiento, orientación y amparo para sus problemas espirituales, morales y materiales; .y que quieran conocer y estudiar la Doctrina Espírita en sus aspectos científicos, filosóficos, sociales, morales, espirituales y religiosos.

viernes, 23 de septiembre de 2011

LA MORATORIA (del libro Cruzando la Calle)

Eronildo Gustavo era muy estimado en los círculos de sus relaciones, particularmente en la comunidad Espírita de la cual participaba. Servidor incansable, permanecía atento a los sufrimientos ajenos, procurando aminorarlos  con los recursos materiales y espirituales. En la tribuna a todos encantaba con su verbo fluido y esclarecedor. Escribía paginas bellísimas... Uno de los beneficiados de sus iniciativas le decía, impresionado:
-¡Admiro profundamente su trabajo! Su actividad es altamente meritoria...
-Meritoria, no. Moratoria.
-¡?!
-Estuve mucho tiempo enfermo hace quince años. Un mal que me amenazaba con la silla de ruedas. Como ocurre con mucha gente, busque consuelo y cura en el Espiritismo. Me dieron trabajo. El mentor espiritual que me atendió uso la sinceridad:
"El amigo fue muy osado en el pasado. Siguió por caminos tortuosos. La inmovilidad se le diera benéfica. Veo, entre tanto,  que detenta aprecibles potenciales. Es un hombre de inteligencia e iniciativa. Le propongo una moratoria. Le restituiremos la posibilidad de andar, pero esperamos su dedicación a las tareas del Bien. Mas tarde pasará  por una  reevaluación de sus débitos, asunto entre usted y el creador."

-¡Que extraño! No sabía que podemos alterar el Destino de forma tan radical. Hubo un cambio de programación en su existencia...
-En verdad modelamos diariamente el propio destino con nuestras acciones. E incluso en relación a los grandes eventos de la existencia, pueden ocurrir cambios significativos. Condicionados a nuestro comportamiento o las iniciativas del plano espiritual en nuestro beneficio. No existe fatalidad absoluta, a no ser en cuanto al destino final. Fuimos creados un día para el bien y allá llegaremos un día, queramos o  no, porque es la Voluntad de Dios, que no falla jamás en sus objetivos.
-¿Y la cura? ¿Se dio pronto, desde que estuvo de acuerdo con la proposición?
-Llevó tiempo, partiendo del un tratamiento espiritual que me restituyó la salud, al mismo tiempo en que los mentores espirituales evaluaban mis disposiciones íntimas, para verificar si yo estaba simplemente impresionado por las perspectivas de restablecimiento físico o me disponía a servir realmente.
_¿Y nunca pensó en desistir del servicio, después  de la recuperación? Parece que es común que eso ocurra..
-No soy una excepción. También   pensé en "cuidar  de la vida" varias veces.
-Cultivó la perseverancia...
-¡No! ¡ fuí  "desgraciado" igualmente! El miedo de volver a la situación  anterior.Acabó gustándome...
La actividad en el campo Espírita nos ofrece incomparables alegrías. Deja a la gente en paz con la existencia, pese a los problemas.
-¿Ataques al Espiritismo?
-Achaques de los espíritas. No somos diferentes del hombre común. En toda agrupación humana hay dificultades en la relación con otras personas. La vivencia cristiana, favoreciendo una convivencia  perfecta, aún es un ideal distante.
 Y sonriendo, Eronildo se despidió:
-A pesar de los percances, todo irá bien si mantenemos la disposición de enfrentar mares de irritación y falta de atendimiento, evitando incurrir en marcha atrás en el  proceso de nuestra renovación.

                                                             ****
Somos todos deudores en moratoria. Nos faltan condiciones para soportar el cobro integral de nuestras deudas para con la Justicia Divina.
No todos, mientras tanto, tienen condiciones para recibir beneficios mayores. Desatentos a la necesidad de luchar contra la comodidad y la ilusión, el recurso es dejarlos con sus problemas, sufrimientos y dolores, a fin de que no se comprometan en endeudamientos mayores.


                                                                                   Richard Simonettl

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