Deber moral superior
La base segura de la Educación del Alma, comienza a erigirse
en el periodo infantil, a través de las relaciones que se establecen, en el
ambiente afectivo del Hogar. En la pregunta No 582, de El libro de los
Espíritus, se indaga: ¿Puede considerarse la paternidad como una misión? Respuesta: “- Sin duda es una misión y
al mismo tiempo un deber muy grande que compromete la responsabilidad para el
porvenir más de lo que el hombre se imagina. Dios ha puesto al hijo bajo la
tutela de los padres para que estos le guíen en el camino del bien. Y facilitó
su tarea dándole una organización frágil y delicada que le hace accesible a
todas las impresiones”.
La mejoría moral de la Humanidad, con ayuda de las luces del
Evangelio de Cristo, deberá comenzar en las aulas de la escuela moral del Hogar, a través de la misión
educadora de madres y padres evangelizados y espiritualizados. Cuando los
padres son esclarecidos e iluminados, trabajan, con el alma y el corazón, en la
buena formación moral de los sentimientos y el carácter de los hijos. El camino del bien que los Espíritus
Sabios y el preclaro Codificador, Allan Kardec, pregonan con sustancia y énfasis
filosófica es el derrotero educacional de
la práctica límpida de la ética cristiana, de la caridad moral, del amor
Cristiano, de las virtudes evangélicas, de la iluminación de las almas por la
fe razonada, transmitiditas a los hijos por los padres. La buena conducta y los
buenos ejemplos de los dirigentes del hogar producirán el desarrollo de los
buenos sentimientos, la formación de las buenas maneras y la práctica de de las
buenas acciones por parte de los niños y adolecentes en el ambiente familiar.
La generación de los buenos sentimientos, buenas ideas, buenas actitudes y
buenas tendencias deberá comenzar en los hijos, en el periodo infantil, a fin
de que se vaya formando de manera gradual la personalidad cristiana en la mente y en el corazón de los individuos. Para
reforzar esta idea educadora, presentamos la explicación siguiente, dada en la pregunta
No 385 de El libro de los Espíritus:”La infancia tiene aún otra utilidad: los Espíritus sólo
entran en la vida corporal para perfeccionarse, para mejorarse; la debilidad de
la primera edad les hace flexibles, accesibles a los consejos de la experiencia
y de los que deben hacerles progresar. Entonces es cuando puede reformarse su carácter
y reprimir sus malas inclinaciones; tal es el deber que Dios confió a los
padres, misión sagrada por la que deberán responder”.
De: “La educación
moral de los sentimientos del espíritu reencarnado en el periodo infantil”
Walter
Barcelos
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