Planeamiento Divino
El Espíritu
es creado simple e ignorante, pero su destino es tornarse perfecto un día. “El
progreso completo constituye su objetivo”.
El progreso
intelectual puede avanzar con facilidad, sin embargo sólo cuando la moral y la
inteligencia se equilibran en su más alta expresión el progreso es completo.
Es el
progreso una condición de la naturaleza y, por esto hace parte del planeamiento Divino.
Hay
criaturas que, en busca de ilusorios bienes materiales, intentan impedir el
progreso, asemejándose a pequeñas piedras, súbitamente arrastradas. En verdad,
son víctimas del orgullo y del egoísmo. Un día, sin embargo, entenderán la
verdad, alcanzándola a través de sucesivas reencarnaciones.
El progreso
es inexorable. Nadie consigue detenerlo. La humanidad avanza siempre por medio
de los individuos que, paulatinamente se mejoran y se instruyen. De igual manera
acontece con las naciones y con los pueblos.
Cuando, en
su mayoría, los individuos de cualquier comunidad se perfeccionan en la práctica del bien, toman la delantera y
se arrastran a los demás en su impulso.
Para posibilitar
el progreso de la humanidad, a veces de
algunos siglos en unos pocos años, el planeamiento
Divino prevé que, periódicamente vengan a la tierra amorosos misioneros.
Entre otros, podemos recordar a Moisés, Buda,
Confucio, Sócrates, Gandhi, Hahnemann, Zamenhof etc. Además de Jesús, el
Espíritu de mayor elevación que vivió entre los hombres, dejando enseñanzas y
ejemplos inigualables.
En su Evangelio de Amor, él estableció, también
con su ejemplo, el marco decisivo y definitivo para el progreso de la tierra.
El
Espiritismo, que es el consolador Prometido por Jesús, permite a la humanidad
conocer nuevas etapas de progreso, a través de las informaciones de la vida
espiritual, vida para la cual todos iremos cuando nuestro cuerpo de carne
muera. Y también con los esclarecimientos y explicaciones lógicas acerca de los
dolores, de los desequilibrios sociales, comprobando que todo puede ser
superado si sustituimos el egoísmo, el orgullo, la vanidad, la envidia, por la
solidaridad, por la humildad, la tolerancia y la resignación ante la voluntad
de Dios, que nos tornarán más fraternos y amorosos.
Todo es como
facilitado porque el Espiritismo, tal como el Esperanto (idioma), no tiene
nacionalidad. Millones de libros (sin contar periódicos y revistas) circulan en
todo el mundo divulgando la Doctrina de los Espíritus o Espiritismo. Y las
obras básicas, aquellas que los Espíritus encargados por Jesús de traer el
Consolador Prometido escribieran y que ALLAN KARDEC Codificó, ya fueron
publicadas en casi todos los idiomas, inclusive en Esperanto, tornándose así
accesible a cualquier persona de cualquier país, beneficiándose también de esta
nueva y bella etapa de progreso que el planeamiento
Divino ofrece a la Humanidad.
In
memoriam a SILVIO WALTER XAVIER
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