Educación del alma
del niño
El Espiritismo esclarece el verdadero trabajo de Educación
del Alma de niños y adolescentes. Sabemos que el Espiritismo es la verdad
espiritual iluminando las inteligencias, a través de la educación moral, a la
luz del Evangelio de Jesús. Nos enseña que todo niño debe ser observado,
reconocido y tratado como un espíritu reencarnado, en su proceso educativo. El alma del niño – vestida con la túnica de la inocencia- es
infinitamente mucho más profunda y compleja que la psicología ingenua en la que
ella se manifiesta. En la mayoría de las veces, el rostro puro y bello del niño
esconde un espíritu reencarnado bastante necesitado de amparo, orientación y reeducación
de los sentimientos. El espíritu reencarnado posee en su mente las áreas psíquicas del consciente y del inconsciente. El área consciente del espíritu, en la
fase infantil, pasa por la experiencia rápida de la ingenuidad, aunque el inconsciente,
en esa misma fase infantil, no es nada ingenuo, no presenta ningún rasgo de
inocencia, puesto que en él están archivados todos los recursos mentales y psíquicos
que constituyen todas las buenas o malas cualidades morales y también
su carácter, cultivados en existencias pasadas, estructurando su personalidad
integral. El inconsciente del niño
es, muchísimas veces más rico y poderoso en potencialidades mentales y psíquicas,
mientras que su consciente posee un
escaso archivo psíquico, como consecuencia de las pocas experiencias acumuladas
en el período infantil de la actual existencia corporal.
La personalidad completa del espíritu reencarnado se
encuentra, pues, alojada en el inconsciente y éste se manifiesta a través de
sus deseos y sentimientos, emociones y tendencias, impulsos y hábitos. Esos
estados del alma deben ser tomados en cuenta y trabajados en el periodo de la
infancia.
Walter
Barcelos
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