Oración de los jóvenes
¡Maestro Amado!
Acéptanos el corazón en
tu servicio, y, Señor, no nos dejes sin tu
lección.
Enséñanos a obedecer en
la extensión del bien, para que sepamos administrar para la gloria de la vida.
Corrígenos el entusiasmo,
con el fin de que la pasión inferior no nos destruya.
Modéranos la alegría,
alejándonos del placer vicioso.
Rectifícanos el descanso,
para que la ociosidad no nos domine.
Inspíranos el coraje, evitándonos
la caída en los peligros de la precipitación.
Oriéntanos en la defensa
del Bien, del derecho y de la justicia, con el fin de que no nos convirtamos en
simples juguetes de la maldad y de la indisciplina
Dirígenos los impulsos,
para que nuestra fuerza no sea movilizada por el mal.
Ilumínanos el
entendimiento, de modo que nos inclinemos, felices, ante las sugestiones de la
experiencia y de la Sabiduría, a fin de que la humildad nos preserve contra las
sombras del orgullo.
¡Señor Jesús, nuestro valeroso Maestro, ayúdanos a estar contigo, tanto cuanto
estás con nosotros!
Así
sea.
Del libro (ALBORADA CRISTIANA)
FRANCISCO CÁNDIDO XAVIER
Por el Espíritu Neio
lúcio
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